HARPER
El gimnasio estaba iluminado por grandes lámparas que colgaban del techo alto, y el piso brillaba con un intenso y claro color marrón. Detrás de mí, las gradas de madera maciza se alzaban en escalones amplios.
Murmullos enérgicos llenaban el lugar. Pero cuando la música empezaba a sonar, todos se quedaban en silencio observando la presentación de otra aspirante entusiasta.
Ya casi era el turno de Melisa, así que ella fue a vestirse con algo más cómodo mientras yo me quedaba allí esperándola.
—Creí que también ibas a audicionar —mencionó Danna, acercándose a mí.
—¿Quién? ¿Yo? —dije alarmada, echando un paso atrás.
—Sí, eres muy bonita y debes ser muy talentosa. Encajarías muy bien —respondió sonriendo divertida ante mi evidente horror.
Negué rápidamente con mis manos.
—¡No! ¡No, no, no! Yo vine solo de espectadora.
—Está bien… espectadora —repitió divertida.
De pronto, su mirada se detuvo en mis manos.
—¡Oh, qué anillo más hermoso! —exclamó sorprendida. Se acercó aún más y tomó