Me arrepentí en ese mismo instante. Aparté la vista de ella sin saber a dónde más enfocar. Mauricio parecía gratamente sorprendido y papá, quien al principio estaba confundido, luego asintió con una expresión reflexiva.
—Si no quieres ir, está bien, Harper. A mi también me parece muy pronto —miró a mamá— ¿Estás de acuerdo con prolongar un poco la elección del vestido, Rebeca?
Ella entrecerró los ojos. Su rostro seguía sereno, pero la rigidez en sus hombros la delataba. Debía corregir lo que había dicho antes de que estallara.
—E-eso no fue lo que quise decir, no había terminado de hablar —dije finalmente— Solo qu