Mundo ficciónIniciar sesiónA pesar de tantas lágrimas, ese domingo con mi mejor amiga fue perfecto.
Ni siquiera encontrarme con Isella saliendo de mi casa pudo arruinarlo. Intentó disimularlo, pero le molestó ver que no llevaba el anillo de compromiso. Melisa me lo había quitado durante nuestras compras y olvidó devolvermelo. A decir verdad, hasta ese momento yo tampoco lo recordaba.
Inútilmente, oculté mi mano detrás de una de las bolsas de compras y la saludé con una sonrisa forzada, la misma que ella se empeñaba en mantener frente a mí.
Para mi sorpresa, no mencionó nada al respecto y siguió su camino, no sin antes decirme: “—T







