POV DE KORRA
Observé el rostro de Simeon cuando le dije que no saldría de esta casa para ver a otra mujer. Sonrió —esa sonrisa molesta y arrogante suya— y pensó que estaba bromeando. Así de tontos son los hombres. Siempre creen que tienen el control. Pero la verdad es que Simeon nunca ha tenido el control de nada desde el día que me conoció. Puede que sea el Alfa, pero soy yo quien posee su mente.
Él no sabe lo que soy. No sabe que nací siendo una sirena —una criatura maldita y bendecida por la propia luna. Las sirenas podemos doblar las emociones, torcer los pensamientos y volver los corazones unos contra otros. Podemos hacer que cualquiera ame, odie o incluso se destruya a sí mismo con un simple susurro. Y Simeon, mi poderoso Alfa, no es más que mi marioneta favorita.
Fue ese mismo poder el que lo hizo casarse conmigo cuando todavía estaba con Kira. Al principio no lo planeé así. Solo quería que sintiera una parte de lo que yo sentí: el dolor, el rechazo. Pero las cosas cambiaron cu