Narrador omnisciente.
Ambos giraron al mismo tiempo y caminaron lado a lado por la sala. Las miradas seguían cada paso, algunas discretas, otras demasiado obvias, como si todos intentaran descifrar qué era exactamente lo que unía a Vincent y su misteriosa acompañante. Él saludó con una inclinación de cabeza a un par de empresarios, ella esbozó sonrisas educadas, aunque el temblor sutil en sus dedos delataba lo nerviosa que estaba.
Un mesero se acercó con una bandeja reluciente de copas de champán. Vincent tomó dos. Le entregó una a Denayt sin apartar los ojos de ella. Al recibirla, su mano vaciló apenas, un leve titubeo que no escapó a la mirada fría de él.
Sus dedos atraparon la mano de ella con suavidad, pero con la firmeza suficiente para impedir que la copa cayera. El contacto duró más de lo necesario. Demasiado. Y en ese instante, él se inclinó hacia su oído, tan cerca que cualquiera juraría que iba a rozar su piel.
El murmullo de la sala se apagó por un segundo. O al menos así l