CONTRATO CON EL ARROGANTE CEO.
Capítulo 11.
—Perdón señor Vini —susurró—no quería molestarlo… Es que estaba caminando por el jardín y… me perdí…
Eso último lo dijo tan bajito que tuve que leer sus labios. Rodé los ojos con fastidio. Nunca había odiado tanto mi nombre y ella siempre me lo cambiaba, me hacía odiarlo. Ladeé la cabeza a la vez que caminé hacia la parte más baja de la piscina. Una vez más sus ojos la traicionaron; recorrieron mi torso desnudo, ella bajó la mirada. Su rostro se puso completamente rojo, esparciéndose por todo el lugar donde tenía esas asquerosas pecas, incluso hasta la nariz se le ponía roja.
¿Qué carajos hacía yo mirándola? Solo disfrutaba de mi poder sobre ella. Sonreí.
—¿Te gusta?
Ella abrió los ojos, tanto que pensé que se le saldrían. Me volvió a mirar confundida, entonces volví a sonreír con arrogancia.
»¿La piscina, el jardín? —agregué.
Se puso mucho más roja. Asintió desviando la mirada. Cuando me di cuenta estaba sonriendo, pero era porque me di