–Hermanita –le preguntó Aikaterina a Aileen– ¿Estás segura de que quieres hacer eso?
–Es lo menos que puedo hacer. Si Harry ya renunció a su puesto como teniente, no sería justo el no enfrentarlo para comunicarle acerca de nuestra decisión de dejar este lugar. Además, es posible que esté a tiempo de decirles a sus superiores que ya no quiere renunciar.
–¿Y no te da miedo la reacción que pueda tener? –preguntó Aikaterina mientras terminaba de guardar los platos recién lavados utilizados durante la cena.
–Le diré que vayamos a tomar algo al Black Dog. Allá habrá suficiente gente como para que se sepa controlar.
–¿Pero no me dijiste alguna vez que a Dolly no le gusta que entres descalza a ese lugar?
–Estoy segura de que no dirá nada cuando llegue con el jefe de policía del pueblo.
Aunque tenía algo de temor a la posible reacción de Harry, Aileen era consciente de su deber. No estaría bien si no le comunicaba al teniente la decisión tomada unas horas an