Capítulo 194
—¿Señor López? —preguntó Rosa, con urgencia—. Por favor, dígale al señor Guzmán que Luciana se siente muy mal y necesita ir al hospital, pero yo sola no puedo cargarla.

—De acuerdo, vamos para allá —respondió Sergio, con un tono tenso—. Gracias por avisar.

—No hay de qué.

Al colgar, Rosa abrió un caramelo y se lo puso a Luciana en la boca.

—Chúpalo un poco. El señor Guzmán está en camino.

Luciana apenas tenía fuerzas para asentir; sus ojos se entrecerraron, tratando de resistir el malestar. Rosa no se apartó de ella ni un segundo, limpiándole el sudor frío de la frente con una toalla.

***

Mientras tanto, Sergio estaba junto a Alejandro, quien recibía una infusión. Había pasado el día resolviendo asuntos de la empresa y apenas había tenido tiempo de ocuparse de su propia salud.

—Alex… —intentó Sergio, sin querer alarmarlo demasiado—. Puedo encargarme yo. Termina tu suero y…

No alcanzó a terminar la frase. Alejandro ya se había arrancado la aguja del brazo, su expresión seria y decidida.
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