Capítulo 1619
Fin de semana.

A la hora de salida.

Salvador guardó sus cosas, tomó las llaves del auto y el celular y estaba por irse cuando sonó. Era Ivana.

—Mamá.

—Salvador, no se te olvide venir a cenar esta noche.

—Lo sé —sonrió—. Ya me lo recordaste varias veces hoy. ¿Cómo se me va a olvidar?

—Es que luego te sale algo a última hora.

—No habrá nada. Ya terminé. Voy para allá.

—Te esperamos.

—De acuerdo.

Colgó, bajó al estacionamiento, sacó el auto y condujo hasta la Casa Morán. Al llegar, encontró todo demasiado silencioso. Entró a la sala, miró alrededor. «¿Llegué muy temprano?», pensó. No veía a ninguno de sus hermanos.

Pero algo no cuadraba: aunque ellos estuvieran ocupados, ¿y las cuñadas? ¿y los sobrinos? No había nadie.

Se oyeron pasos: Ivana apareció.

—¿Ya llegaste?

—Mamá —Salvador sonrió—. ¿Soy el único? ¿Y mis hermanos? ¿No vienen?

Ivana se sonrió.

—Hoy no vienen.

—¿No? —se extrañó. ¿Qué significaba eso? Bromeó—. ¿Me invitaste a cenar solo a mí?

—Ajá. ¿Qué dices? ¿Mi hijo menor me hace
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