Capítulo 1450
Martina no dejó que la tocara; antes de que Salvador alargara la mano, ya había dado un paso atrás, fuera de su alcance. Lo miró a él, miró a Estella y sonrió apenas.

—Así que éste era tu “asunto” de esta noche.

La voz, fina como papel.

—Marti…

Salvador abrió la boca para explicarse y se quedó sin palabras. Martina tampoco le dio tiempo: se giró para irse.

—¡Marti! —Salvador la alcanzó y la sujetó del antebrazo—. Escúchame. No quise ocultártelo. Fue porque…

—Shhh. —Ella le clavó la mirada y bajó la voz—. Lo que tengas que decir, cuando termines aquí lo hablamos, ¿sí?

Barrió el pasillo con la vista: ya había miradas encima.

—¿O prefieres hacer espectáculo? Este fue mi hospital, mucha gente me conoce. Te pido que no me exhibas.

—Está bien —cedió él, sin soltarla—. Entonces nos vamos a casa.

—¿Ahora? —Martina alzó una ceja y, divertida, señaló detrás de él—. Yo puedo, pero tú no. Mira: te están esperando.

Salvador vaciló, bajó los ojos. Martina se soltó.

—Afloja. Yo me adelanto. Termina y
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