Capítulo 1438
Salvador sintió un brinco en el pecho. Martina lo miró de reojo.

—¿Renato volvió? ¿La golpeó otra vez?

A simple vista, la sala parecía después de una “batalla”. Pero había algo que no encajaba. ¿Qué era?

—¡Salva!

Al oír pasos, Estella salió corriendo y se lanzó hacia Salvador… hasta que vio a Martina a su lado y frenó en seco. Martina curvó apenas los labios: “Si yo no estuviera aquí, ya estaría en sus brazos”.

—Martina —Ensayó Estella una sonrisa incómoda.

—Mm. —Ella devolvió una sonrisa cortés.

Salvador rodeó los hombros de Martina.

—Vengan, siéntense. —Y para Estella—: ¿Tienes leche? Salimos a las carreras y Marti todavía no desayuna.

—E… sí. Yo se la sirvo.

—Yo voy. —Salvador fue directo a la cocina, sacó la leche del refri, la calentó y se la pasó a Martina—. Tómate esto primero. Luego te llevo a comer algo rico.

—Va —dijo ella, abrazando la taza—. Anda, atiende.

—Ajá.

Salvador respiró más tranquilo. En ese momento llegó la policía; él ya había llamado a Santiago Morán.

—Ellos… —E
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