Capítulo 1227
Luciana fue a Residencial Jacarandá después del tratamiento.

—Llegaste —dijo Martina desde la sala; no estaba arriba.

—¿Cómo bajaste? Pensé que la pierna no te dejaba.

—No es para tanto; no está rota —torció los labios—. Si me quedo ahí encerrada me salen hongos. Bajé a recibirte y de paso me muevo tantito.

La tomó de la mano.

—Vamos, arriba hablamos.

Y, sin olvidar a quienes las seguían:

—No hace falta que suban —le dijo a la cuidadora—. Mi amiga es médica; ella me cuida.

—Claro, señorita Hernández —asintió la mujer. Julia miró a Luciana con alivio y se quedó en planta baja.

—¿Ves? —bufó Martina mientras subían—. Aquí tengo a Julia y a una “cuidadora”. ¿Cuidadora? Vigilante, más bien.

Luciana negó con la cabeza. “Las apariencias engañan; con Salvador Morán se cumple al pie de la letra. Por fuera, más amable y cortés que Alejandro; por dentro…”

Cerraron la puerta. A Martina se le encendieron los ojos.

—¿Lo trajiste?

—Sí.

Luciana abrió la mochila y sacó una cajita de pastillas. Antes de
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