Capítulo 1091
Salieron y se dividieron en dos rutas.

Alejandro llevó a Alba a comprar el flotador de patito que tanto deseaba; Luciana fue por el agua de coco que a la niña le encantaba.

Salvo que fuera indispensable, ni Elena ni los guardaespaldas se acercaban demasiado: respetaban la intimidad de los tres.

—¡Guau!

Apenas entraron en la tienda, Alba quedó deslumbrada: docenas de flotadores y varios modelos de patitos.

—¡Son un montón! ¿Cuál elijo?

—Con calma, no hay prisa.

—¡Va!

Alba examinaba uno por uno mientras Alejandro la esperaba sin apurarla.

De pronto sintió una palmada en el hombro.

Se volvió y vio a una joven venezolana de figura impactante, acompañada de dos amigas. Las tres lo recorrían con la mirada sin disimulo.

—¿Viniste solo? —La chica dio dos pasos y le colgó el brazo al cuello—. ¿Nos divertimos juntos?

***

—¡Papá!

Antes de que Alejandro pudiera rechazarla, Alba irrumpió hecha un torbellino. Con los puñitos apretados se abrazó a la pierna de él, haciéndolo tambalear.

—¡Papá, ¿qué h
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