—¡Pues mira primero lo que dices! —rio Lucía—. No hay sentimientos entre Mateo y yo. Aunque eliminaras a Camila, siempre aparecería alguien más.
—Entonces no diré más —respondió Mariana con expresión seria.
La empleada doméstica no tardó mucho en preparar la comida.
Pero Lucía no comió mucho y comenzó a sentir sueño.
Al día siguiente, Lucía y Mariana fueron a la exposición de arte.
Mariana, que ya era una pintora con cierta reputación, había venido disfrazada, pero aun así fue reconocida.
Había demasiada gente.
Mariana tuvo que soltar a Lucía:
—Lucía, regresa tú primero.
Dicho esto, Mariana se alejó rápidamente.
Sin Mariana, no tenía sentido que Lucía se quedara sola.
Pero para su sorpresa, en la salida se encontró cara a cara con Mateo.
Sus miradas se cruzaron y por un instante, pareció que el tiempo se detenía.
Sin embargo, Lucía reaccionó rápidamente.
No dijo nada e intentó evitar a Mateo, pero él le bloqueó el paso:
—Lucía, ¿estás practicando cómo huir de mí?
—No. Solo pensé que co