Nunca le había oído mencionar nada al respecto.
Quizás en su acuerdo de mantener distancia, no interferir demasiado en la vida del otro era lo básico.
Él tampoco estaría obligado a revelarle todo sobre su pasado.
Rápidamente, apartó la mirada.
De repente, alguien intentó suavizar la situación: —Emanuel, todos entendemos su punto, no pretendíamos chismear. Pero los hechos son los hechos. El subcomandante Jaime solo se siente ofendido en su nombre. Usted es como un familiar para nosotros, y probablemente tampoco se enteró hace mucho. Y al parecer Mateo tampoco lo tiene muy en cuenta.
Lucía notó que estas personas parecían no querer soltar a Mateo.
Miró nuevamente hacia él y vio que mantenía el silencio.
Según su carácter habitual, no permitiría que estas personas hablaran así frente a él.
Probablemente lo hacía por respeto a Emanuel, ya que estos eran sus allegados.
—Mateo, no nos culpes por tener dudas. Arriesgamos nuestras vidas juntos, y por muy discreto que seas, no informarnos de al