Capítulo 837
—¡No, no quiero!

Alba se cubrió la cabeza con sus manitas, como si temiera que le arrebataran la diadema.

—Alba —insistió Luciana, tratando de razonar con calma—. ¿Recuerdas que mamá te dijo que no podemos aceptar cosas de otras personas así como así?

Alba, con el ceño fruncido, hinchó las mejillas.

—Pero… el tío me la dio; no la tomé sin permiso.

Claramente, la niña se había encariñado.

—Alba —dijo Luciana con el gesto más severo—. Ya basta. Mamá se enoja de verdad, devuélvele ese pasador al tío, ¿entendido?

—… —Alba se quedó con los labios temblorosos, mirándola con tristeza.

—Te contaré hasta tres —advirtió Luciana, con un ligero fruncir de sus cejas—. Uno…

La pequeña frunció la boca y, de pronto, se echó a llorar:

—¡Mamá… wuaaa!

Levantó su bracito para quitarse la coronita, con muchísima pena.

—¡Ya estuvo!

Alejandro, que presenciaba todo en silencio, no pudo soportarlo más y se interpuso, mirando a Luciana con el ceño fruncido.

—Es solo un broche, ¿era para tanto? Estás asustando a
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App