Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa sala de ultrasonidos a las tres de la madrugada tenía una cualidad surrealista.
Cassandra yacía en la camilla mientras la Doctora Fuentes preparaba el equipo con movimientos mecánicos. Sebastián estaba junto a ella, su mano apretando la de Cassandra con fuerza suficiente para doler.
El gel era más frío de lo que recordaba.
La sonda presionó contra su abdomen. La pantalla se iluminó con formas grises.
—Gemelo A —narró la doctora—. Latido presente. Ciento cuarenta y dos por minuto.
Movió la sonda hacia la derecha.
Silencio.
La doctora ajustó el equipo. Presionó más fuerte. Cambió el ángulo.
Más silencio.
—Gemelo B —su voz perdió toda emoción—. No hay actividad cardíaca.
Las palabras tardaron en procesarse.
No hay actividad cardíaca.<







