Mundo de ficçãoIniciar sessãoCuatro horas más tarde, el aeropuerto privado de Madrid-Torrejón brillaba bajo luces artificiales que convertían la noche en día. El jet de Richard, un Gulfstream G650 con interiores que probablemente costaban más que casas enteras, esperaba en la pista, sus motores ya calentándose.
La ambulancia aérea había llegado treinta minutos antes. Elena estaba siendo transferida ahora, acompañada por dos enfermeras especializadas y un médico de cuidados intensivos. Cassandra observaba desde la terminal privada, su mano presionada contra el vidrio.
—Impresionante, ¿verdad? —la voz de Richard apareció detrás de ella, suave como seda—. Tecnología médica de última generación. Tu madre estará más segura aquí que en cualquier hospital terrestre.
Cassandra no se giró.
—Dijiste que proporcionarías







