La sala de reuniones en el refugio subterráneo del equipo especial estaba llena de una atmósfera tensa. Las pantallas en las paredes mostraban mapas digitales, imágenes tomadas desde satélites y registros de movimientos sospechosos. En el centro, una mesa rectangular estaba llena de documentos secretos, fotografías de objetivos y rutas de infiltración.

Elías se encontraba al frente. Su postura erguida y su vestimenta táctica negra reflejaban autoridad. Sus ojos grises recorrían cada rostro entre los agentes presentes. Representantes de Europol, la Guardia Civil de España, y agencias de inteligencia francesa y mexicana lo observaban con admiración. Aunque no poseía un rango militar, su capacidad de liderazgo era indiscutible.

—Este es el momento que hemos estado esperando —inició con voz segura y pausada—. El Círculo de la Serpiente opera en varios países, pero Marsella ha sido su base de operaciones durante los últimos tres años. Esta noche, vamos a desmantelarla.

A su lado, Draco mos