Reeder Corp organizaba cada año una majestuosa noche de gala que reunía a todos sus empleados y a varios invitados prestigiosos del exterior. Era un evento en el que el networking estaba en el centro de las interacciones, pero también una ocasión para que Alexander Reed demostrara su reconocimiento hacia sus equipos y colaboradores.
Este año, el evento se celebraba en un lujoso hotel del centro de la ciudad, decorado de manera elegante pero discreta. Sophia, como muchos de los empleados, había sido invitada y decidió asistir, aunque algo nerviosa ante la idea de encontrarse en un entorno social tan formal junto a sus colegas. Había elegido un vestido sobrio, pero elegante, con la esperanza de pasar una velada tranquila sin llamar demasiado la atención.
Sophia estaba conversando con dos colegas del departamento de diseño, Lisa y Marc, junto al buffet, cuando su mirada captó una silueta familiar que acababa de entrar en la sala. Su corazón se detuvo por un instante al reconocer a Anna, s