Serie: Cachorros asombrosos. Libro 1: ¡Papá compró una humana! Libro 2: ¡Ámame, Alfa testarudo! Libro 3: Beta Alfa, ¡Aléjate de nuestra hija! Libro 4: ¡No arrestes a mi hermano! Sinopsis: -Inténtalo conmigo. No te pediré que me marques ni te marcaré, solo... vamos a darnos una oportunidad. Si no te agrado, puedes rechazarme y solo te pediré que me dejes ser parte de la vida de nuestra hija. Mi nombre es Rowan Grant y yo era el Beta de la manada más grande del Continente. Renuncié a mi puesto duramente ganado para ir a cumplir con la misión que Gran Madre me encomendó: Ir a las manadas Centrales del continente. Por días vagué en los alrededores de tres grandes manadas centrales lideradas por los Alfas Roger, Titus y George. Al parecer la corrupción y los crímenes contra la raza no se habían limitado a las extintas mandas de los Alfas Luca en el Sur y Asmodeus en el Norte. Quizá con algunos meses de intensa actividad podría olvidarme de la única noche que pasé con una preciosa loba doctora. Mi nombre es Paula Skyblue. Huérfana a una edad muy temprana, entendí que la familia era muy importante. Así que cuando repentinamente me convierto en Luna mientras estoy en trabajo de parto, sé lo que tengo que hacer: Huir. Ni siquiera se me pasó por la cabeza que su verdadero padre podría ayudarme. Él era historia y mi bebé ahora era todo mi mundo.
Leer másRowan. (Hace nueve meses)
Ser Beta era el mayor logro de toda mi vida y algo que me llenaba de orgullo.Tenía que recordarme constatemente ese hecho. Sobre todo días como hoy en los que había ido de manada en manada para compartir la evidencia de que mi Alfa no había tenido nada que ver en los recientes acontecimientos que involucraban bombas, lobos muertos y mucha diversión.Acaba de llegar de esa misión cuando Bastian me informó que ahora debía de hacer algo ridículo antes de la cena.-¿Por qué m****a tengo que organizarlo yo? - Pregunté con incredulidad cuando mi Alfa me ordenó que comenzara los preparativos inmediatos para una enorme fiesta en la que pretendía pedirle a su pareja... pues eso, ser su pareja formalmente.-Porque, y cito: "Para eso están los Betas". - Dijo Bastian con una carcajada.Yo fruncí el ceño.No entendía por qué hacer toda esta jodida fiesta solo para reclamar a la chica. Vaya, no negaría que era una chica bonita y tenía varias cualidades aceptables para una humana, pero... ¿Una fiesta?Después de los últimos días que hemos pasado lo que menos quiero hacer en este momento es mezclarme con la manada.Yo quería dormir.Bueno, quizá dormir después de mi dosis diaria de masoquismo con cierta loba doctora que hacía que mis bolas se apretaran cada vez que me daba alguna órden...-¿Hola? ¿Me estás escuchando? - Preguntó Bastian divertido.-Por supuesto.-Ajá. - Dijo arqueando una ceja.Yo suspiré.-Escucha Bastian, aún no estoy cien por ciento bien de lo que pasó hace unos días, ¿No me darás un jodido descanso? Me lo he ganado.-Te lo has ganado, si. - Dijo cruzándose de brazos. - Desgraciadamente solo tengo un Beta y unos... quinientos? ¿Seiscientos lobos que guiar? Ni siquiera he hecho el conteo exacto. Así que, te necesito hasta que asigne un par de Betas más al trabajo. Tendrás tus vacaciones pagadas... solo que no serán hoy.Yo suspiré resignado.-Anímate, en cuanto termines de organizarlo todo, puedes divertirte un rato. Habrá un montón de lobas sin pareja... o viudas, de esas que tanto te gustan. - Dijo moviendo las cejas.-No es que me "gusten". - Dije cruzándome de brazos. - Es solo que ninguna de ellas espera que me quede después de una noche para jurarles amor eterno. Saben perfectamente que no soy su pareja y no se pegarán a mí después.-Eres un macho muy romántico. - Dijo Bastia. dándome algunos golpes en el hombro. - Bien, no tengas diversión. Solo ve y organiza a los lobos. Necesitamos alcohol, algunas mantas, comida...-Si, si, si. Cualquier m****a de la que no te tengas que ocupar tú. ¿Qué harás hasta entonces?-Darme un muy largo y merecido baño. Después tengo que planear mis siguientes cincuenta citas con mi pareja, así que estaré muy ocupado. Avísame cuando tengas todo listo e iré a recoger a mi chica.Y así sin más se fue tarareando cosas sin sentido sobre la "fabulosa fiesta que iba a organizar".¡Ja! Tendría suerte si no huía y nunca más me volvía a ver.Fue tentador irme sin mirar atrás por al menos cinco segundos, luego me resigné a aceptar que me había encariñado con el macho y que vivir como lobo solitario había dejado de ser atractivo a los dos días de vivir en el bosque cuando era niño.Me di la vuelta y arrastré los pies hasta el sitio provisional de entrenamiento. Ahí los lobos se mostraron mucho más animados que yo por la idea de una fiesta.Ellos mismos se organizaron junto a los lobos de la otra manada... nuestra manada. Era confuso aun.El punto era que todos reconocían mi autoridad como Beta y no tenía la necesidad de repetirme. Para cuando comenzó a atardecer fui a avisar a Bastian que todo estaba en orden.-¿Qué piensa la manada de Rose sobre tener dos Alfas?-No tienen problemas. Confían en Rose y en tu reputación; con lo único que están inconformes es con el tema de los Betas. Además de Edson y de mí no hay otra autoridad después de ustedes, así que se sienten inseguros sobre molestarnos con sus pequeños problemas cuando ven que estamos hundidos hasta la m****a de pendientes.-Hablaré con Rose. - Dijo Bastian con un suspiro. - Debe de tener a alguien competente entre sus filas.-Todos sus Betas, con excepción de Edson, murieron unas horas antes de que ella se alzara como Alfa. Que yo sepa, no hay nadie haciendo fila por el puesto. - Dije honestamente. - Tendremos que entrevistar a algunos guardias; debe haber alguien que quiera ser explotado laboralmente, sin vacaciones, sin aumentos de sueldo, pendientes de las fiestas por capricho de los Alfas...-Deberías de regresar a la clínica, obviamente no estás en tus cinco sentidos si pensabas que el trabajo de un Beta era tomar el té y asistir a reuniones sociales.-Asisto a reuniones sociales también. ¿Acaso olvidas que acabo de regresar de dar la vuelta por el continente esta misma mañana? - Dije quejumbrosamete.-No lo olvido. Y estoy seguro de que tampoco lo olvidarán ninguno de los lobos con los que te hayas encontrado hoy; tienes una insana tendencia a decir lo que piensas sin importar a quién tengas en frente.Tenía un buen punto. Ser Beta me había dado un poco de impunidad ante mi gran boca, pero aún así he estado trabajando por años en modificarlo.Hasta el momento nadie me había retado a un duelo, pero Bastian siempre decía que era cuestión de tiempo.Ninguno de los dos estaba preocupado por ese hecho. Yo no era un mal peleador, era lo que sucedía cuando tenías que sobrevivir en el bosque sin más herramientas que tus propias garras.-Como sea, ya he terminado. Los nuevos lobos se encargan ahora mismo de hacer bebidas con las manzanas del árbol de Noa.-Estoy seguro de que eso le encantará a mi pareja.- Dijo con una carcajada.- Gracias Rowan, realmente lo aprecio.-De nada. Iré a descansar.Él se fue en dirección a la casa de Rose. Algo me decía que esa terminaría siendo la "Casa de la manada". Y también algo me decía que yo sería quien se encargaría de ver qué m****a hacíamos con la actual Casa de la manada.Suspiré y me dirigí hacia el boque. Buscaría una cueva o cualquier m****a y apagaría mi móvil. Fingiría que me había tragado la tierra y, quizá con mucha suerte, no habría ningún tipo de crisis con la que lidiar en los siguientes dos días.
Pasé justo frente a la clínica y cambié de dirección. Me metería con la doctora Paula un poco; esa era mi idea de diversión. Me gustaba sacar el estrés de dos formas: Sexo y molestar a la doctora. Ésto último había sido descubierto recientemente.
Además, no le mentía a Bastian cuando le dije que no estaba cien por ciento recuperado. Aún me mataban mis costillas.
-Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarlo, Beta Rowan? - Dijo la loba recepcionista cortésmente cuando entré.
-Busco a la doctora Paula. ¿Está disponible?
-De hecho es la única doctora que se ha quedado de guardia. El resto de los doctores se ha ido a preparar para la fiesta. - Dijo con una sonrisa. - Está con un paciente. Tome asiento y yo le avisaré que ha llegado. ¿Tiene una cita médica?
-No, pero ella me dijo que podía regresar en cualquier momento y que preguntara por ella. - Dije seriamente.
Mentía. Ella me había mandado al carajo en al menos dos idiomas después de quitarme algunos vendajes. Entendía sobremanera el por qué; después de todo, me encantaba provocarla.
Sus ojos brillaban de un intenso verde cuando estaba molesta y eso era muy atractivo. Además, ella era una loba guapa y muy inteligente; quizá haya tenido un par de sueños en los que hacíamos cosas divertidas mientras ella me disparaba una bonita mirada indignada.
Paula se tomó su dulce tiempo en atenderme.
- Quita esa tonta sonrisa de tu cara. - Dijo cruzándose de brazos mientras estrechaba sus ojos hacia mí. - ¿Por qué m****a estás aquí?
-Tengo dolor. Mucho dolor. - Dije sin perder la sonrisa. - Creo que mis heridas no están cerrando como deberían, así que he decidido que debo de regresar aquí una y otra vez hasta estar completamente recuperado.
Ella comenzó a gruñir, pero se detuvo abruptamente cuando la loba recepcionista se cruzó entre nuestro duelo de miradas.
-Disculpe, doctora Paula. - Dijo dándome un vistazo rápido. - Ya ha terminado mi turno y me preguntaba si usted se haría cargo del resto del papeleo o si prefiere que me quede por aquí un rato más.
Paula suspiró y relajó su postura.
-Puedo hacerlo yo misma. Vete, Erin; espero que te diviertas esta noche.
-¡Ese es el plan! - Dijo emocionada regresando a su escritorio y tomando sus cosas.
Ni siquiera miró hacia atrás.
-Así que...
-Si en los próximos cinco segundos no estás desnudo y en mi consultorio, puedes irte como la m****a de aquí y meterte tu gran boca por el...
-Whoa. - Dije alzando las manos. - De verdad me duele, no vine aquí a pelear. Vamos a tranquilizarnos.
Comencé a caminar hacia su consultorio con ella gruñéndome todo el camino.
-¿Sabes? Me gusta una loba con carácter. Nunca me habían dado cinco segundos para desnudarme. ¿Quién iba a decir que tu mala leche hacia mí era solo pura tensión sexual? - Dije a modo de broma.
No le gustó.
-Se acabó.
Algo en su tono me hizo voltear y me congelé dos segundos antes de transformarme en lobo y correr por mi vida, literalmente. Ella había sacado una pistola de algún lugar y me apuntaba directamente al pecho, no me quedé para averiguar si sabía cómo usarla.
-Eso es, mejor corre, ¡Imbécil!
Salí de la clínica escuchando el dulce sonido de su risa.
Más tarde me encontraba inquieto dando vueltas en la cueva que había escogido para esconderme... digo, descansar. La luna llena y todo eso; solo que no quería encontrar a una loba con la que pasar el rato. Estaba exhausto.
Sin embargo, mi maldito instinto de lobo me hizo desperezarme e ir hacia la zona de la fogata. Quizá solo necesitaba un revolcón rápido.
Al llegar ahí me llamó la atención que todos le daban un amplio espacio a mis dos Alfas; poco después les di la razón. Ellos no sabían bailar y de alguna forma destrozaban todo a su paso. Con una sonrisa me dirigí hacia la zona de las bebidas, lo necesitaba.
Cuando tuve el alcohol más fuerte del lugar, miré a mi alrededor para buscar a la candidata perfecta.
-¿De verdad no quieres pasar la noche conmigo, Paula?
El uso del nombre me hizo girar la cabeza con curiosidad. Al parecer la doctora se aburrió de estar de guardia en la clínica y vino por un poco de diversión.
-No, gracias Edwin. - Dijo con cortesía.
Yo ubicaba al lobo levemente como uno de los doctores compañero suyo.
-Vamos, tú estás libre y yo también. ¿Por qué no? - Dijo el tipo insistentemente.
Ella hizo una mueca.
-Porque está conmigo. - Dije interviniendo.
Ambos me miraron y yo arqueé una ceja.
-Paula, perdona la demora. El Alfa me ha dado un montón de papeleo para hacer. A mí, su Beta. - Dije haciendo énfasis de mi título.
El tipo miró con incertidumbre hacia Paula y yo le guiñé un ojo. Solo era cuestión de que decidiera quién de los dos era una molestia menor.
Yo gané.
-Si, el Beta Rowan y yo tenemos planes. - Dijo apretando los dientes mientras daba el par de pasos que le hacían falta para estar a mi lado. Yo le pasé mi brazo sobre sus hombros tensos. - Te veo mañana.
El tipo se fue con la cola entre las patas y yo quise aullar victorioso. Me había quedado con la chica.
-Quíta tu brazo de mujeriego de mis hombros. - Dijo con fastidio cuando su casi cita se perdió.
O tal vez no me había quedado con la chica.
-Hey, te acabo de salvar de una noche incómoda, ¿Ni siquiera beberás conmigo un trago?
-Ya es una noche incómoda. Ahora mismo estoy siendo acosada por un lobo que ni siquiera tiene la decencia de parecer culpable cuando le dicen mujeriego. - Dijo rodando los ojos.
-Tengo una gran cualidad... o defecto, en su caso. - Dije poniéndome serio. - No tengo la tendencia de mentir. Lo que salga de mis besables labios seguramente es lo que pienso. Sin filtros. Todo un metro con ochenta y nueve centímetros de pura honestidad.
-Bien por ti. Ahora, me iré a buscar algo para embrutecer mi cerebro y olvidar nuestro corto encuentro. Adiós.
-Espera - Dije tomando su brazo. Nis siquiera sabía por qué m****a la estaba deteniendo.
Quizá fuera porque imaginar que alguien más tenía la suerte de estar con ella esta noche me provocaba cosas que no quería analizar.
-¿Qué?
-Bueno, sigues debiéndome un trago. Solo dame gusto y te dejaré en paz.
Resopló pero lo hizo.
De alguna forma con alcohol encima la conversación entre los dos comenzó a fluir. Entonces nos peleamos y nos gritamos un poco.
Lo siguiente que sé es que me está desnudando mientras me amenaza de muerte. Yo era un macho sometido ante sus caprichos.
Cuando ambos estuvimos desnudos, nos tomamos algunos minutos para explorar nuestros cuerpos.
-No mentías, aun no te has curado por completo. - Murmuró en la oscuridad del bosque. - Ciertamente, sufriste heridas graves. Me sorprendería que estuvieras bien ahora mismo.
-¿Qué me receta la doctora? - Dije en tono juguetón.
-Que cierres la boca y me des lo que quiero.
-Si, señorita.
Y así fue como pasamos toda la noche en diferentes y divertidas posiciones. Desgraciadamente, nuestro momento llegó a su fin y tuve que correr a averiguar qué m****a había pasado después de un gran temblor que sacudió la tierra.
Adom.Me elevé al cielo probando mis alas.No sé qué me dieron los lobos a comer, pero me sentía renovado.Aprovechando este milagro, aleteé fuertemente para ir más rápido.Regresaría al Nido ahora que mi hermana se encontraba a salvo. Me hubiera gustado quedarme y cuidarla yo mismo, pero mi consciencia no me hubiera dejado dormir si no iba y comprobaba que efectivamente nadie hubiera sobrevivido. En cuanto divisé la montaña, mi corazón tronó dolorosamente en mi pecho. No me preocupaba que los Bersakers aun se encontraran rondando ya que sin mi Matriarca, yo era un Halcón libre que no estaba atado al Nido. Podría escapar si ese era mi deseo.Yo no quería escapar.El olor a sangre y madera quemada de las antiguas hogueras aun permanecía en el aire mientras la noche se iba tornando cada vez más oscura.No vi ningún movimiento desde mi posición; aun así, di un par de vueltas por todo al rededor del Nido.Quizá las imágenes de los cadáveres de mis compañeros se quedarían conmigo para sie
Él asintió pero parecía perdido en sus pensamientos mientras acariciaba suavemente al pequeño polluelo en sus manos.-¿Qué ha pasado? - Pregunté suavemente.Parpadeó y luego estiró sus manos hacia mí.El polluelo saltó hacia el pecho de Patita quien se encontraba en mis brazos y se acurrucó en su cuello. Mi bebé rió divertido.-Prometo contarles toda la historia en cuanto regrese.-¿Regresar...? Ya se había transformado y salido por una de las aberturas del lugar. Suponía que ya se había recuperado lo suficiente como para volar.Sentí un poco de envidia. Tristemente, los pollos no volaban.Miré hacia abajo a la pequeña cosita temblorosa con plumas que se restregaba contra la carita de mi bebé.Oh, bueno, no es la primera vez que me dejan a cargo de un pequeño cambiaformas. Me encogí de hombros y seguí mi camino dando algunas palabras reconfortantes a la manada en mi ruta buscando al señor Frederick.Lo encontré dormido, con la lengua de fuera y rodeado de algunos cachorros que corret
Rose.Habíamos dejado algunas flores "por si acaso" así que mientras Bastian y Edson discutían lo que había pasado ahí, yo había ido a explorar esta nueva fortaleza creada por Alfa Noa.¿Me dieron escalofríos durante todo el camino al árbol ? Muchos.No dejaba de darme repelús toda esta cosa mística. -Hey Alfa Noa. - Dije acariciando con una mano temblorosa el tronco. - ¿Puedo subir con mis cachorros?Las barreras de madera bajaron por completo y reveló el camino que había seguido el señor Fred cuando se aburrió de nosotros.-Vaya... creí que Edson había fumado hierba cuando me habló del árbol. - Dijo una voz femenina a mi espalda.-Ojalá yo estuviera fumando hierba. - Dije encogiéndome de hombros. - Lo superaremos en un par de años más. Tú debes de ser Jo. -Lizzie. - Dijo ella asintiendo. - Edson es proclive a cambiar los nombres.-Bien, Lizzie Jo, ¿Sientes curiosidad?-Quizá.Le sonreí y comencé a caminar como el pollo valiente que no era. Ella me siguió.Le concedería que tenía ov
-... Si.-Bien. Te daré los detalles por el camino, no pienso correr de regreso.La humana comenzó a reír.-¿Cómo sabe que ayudaremos?-Yo sé cosas. - Dije de la forma misteriosa en la que hablaba a veces solo para reírme de sus caras después. Edson envió a la loba que conducía para la parte trasera y yo le conté en el camino las partes importantes.-M****a, debe ser suerte. - Murmuró apretando el acelerador. - Hemos matado a un par de ellos que rondaban en nuestro nuevo territorio. Lo unico efectivo para matar a esas cosas rápidamente es un buen tiro a la cabeza, garganta o corazón. Mi pareja de hecho es una experta y les ha dado un par de clases a los lobos que van atrás; quería presumirle un poco a Rose, así que hemos traído algunas armas y balas por montón. De hecho íbamos a pasar la noche en la Ciudad humana cercana para comprar algunos regalos y luego ir hacia la manada.Bueno, eso resolvía por qué Nuestra Gran Madre había pedido que viniera por él. Quince minutos después nos a
Frederick."Será tu última misión, hijo mío" Había dicho Nuestra Gran Madre.Siempre era la "última" y luego me encontraba corriendo por la noche para darles mensajes a sus Alfas, dejando mi novela para patear Bersakers, alejado del sillón para llevar a humanas al Altar... en fin.Apresuré el paso en mi forma de lobo por la carretera. Gran Madre me había dicho mientras estaba a un paso del mundo de los muertos, que guiara a Edson hacia aquí.¿Por qué mierda? No lo sé, no es como si el cachorro necesitara ayuda para encontrar el camino hacia el lugar en donde vivió practicamente la mayor parte de su vida, pero yo solo obedecía.También en esa conversación, durante la que me aseguró que era mi "última misión", me explicó que para que yo fuera capaz de escucharla desde hacía tantos años había requerido darme una muy pequeña cantidad de su escencia. Creo que era perfectamente válido preguntar si eso me hacía una Luna.No lo era, cosa que francamente me daba igual. A mi edad, eran pocas
Chase.Inhalé y exhalé para tranquilizar los latidos de mi corazón. En cuanto estuve más tranquilo, volví a asomarme.Los quince se encontraban rodeando el árbol. Casi podía leer sus mentes: Estaban buscando la mejor manera de subir. El primer Bersaker que se aproximó comenzó a palpar la madera como si buscara un hueco. Despues de tensos segundos solo sacó sus garras y las clavo en el árbol para comenzar a subir.Me di cuenta, por el chillido de mi derecha, que la civil también se había asomado. Comenzó a rezar frenéticamente. Más Bersakers se unieron al primero en el tronco.-Están subiendo... están subiendo... -Murmuraban los guardias con diferentes niveles de miedo.¿Yo? Bueno, confiaba en el Alfa Noa y solo tenía un poquito de miedo.En cuanto los quince estuvieron en el tronco, las estacas que me había mostrado más temprano salieron de repente empalando a más de uno.Aquellos con mejor velocidad de reacción, lograron mover sus cuerpos para evitar los puntos vitales. Un segundo
Último capítulo