Alguien siguió la charla:
—Mi hija es igual, solo quiere estar con su mamá. Si no llevo comida que les guste o juguetes cuando regreso, ni me pelan. Dicen que las hijas son como un abrigo calentito para el papá… ¡pues la mía parece un chaleco de plomo y solo se la pasa con la mamá!
El tema cambió rápido, los que tenían hijos se emocionaron y comenzaron a hablar. Los que no, se pusieron a charlar de otras cosas. Perla no dijo nada, solo se fue a su zona de exposición y empezó a trabajar.
De alguna forma, el tema volvió a girar alrededor de César.
—Yo me quedé hasta el final del velorio ayer. Vi que un lugar estaba vacío. ¿No se decía que Teresa era su esposa? ¿Por qué no apareció? Se supone que era la nuera la que debía estar ahí.
—Pues por lo de siempre. Dicen que nunca la aceptaron en la familia Balan, que sigue siendo solo su novia.
—¿Pero no se decía que era la novia de la universidad del presidente de Runpex? Si ya conoció a los papás, ¿cómo no nadie se ha enterado aun?
—Ah, eso tú