Capítulo 258
Solo ella era una perezosa inútil.

Dio media vuelta, volvió a su habitación, se puso un vestido, agarró su bolso y, sin llevar guardaespaldas, salió sola en su carro hacia el salón de belleza.

Ricardo respiró hondo, frustrado, y dejó el teléfono a un lado. Se sentía completamente impotente. Había visto a Marina, sabía que estaba viva y que vivía en Playa Escondida, pero, aun así, no podía acercarse a ella.

¿Qué podía hacer?

Le dolía la cabeza.

El amor es mucho más complicado que cualquier cosa del trabajo.

…¡Andi!

Claro.

Ese día en el restaurante, en el pasillo, Andi estaba con Marina.

Marcó el número de César para pedirle el contacto del niño.

—¿Para qué quieres el número de Andi? —preguntó César, mientras le daba un documento recién firmado a Clara.

Clara, viendo que su jefe estaba ocupado en una llamada, tomó el archivo, asintió respetuosamente y salió de la oficina en silencio.

—Yo solo es que… —Ricardo dudó. Se dio cuenta de que había hecho la llamada muy r
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP