Ella caminó hacia la ventana, pero esta estaba firmemente sellada con clavos. También vio a varios tipos con mal aspecto y vestidos de negro parados afuera de la casa.
¿En serio la pensaban violar? ¿Y después moriría atrapada en esa maldita casa?
El pomo de la puerta comenzó a moverse, y Lorena se asustó, buscando un lugar para esconderse, llena de pánico. Pero no había dónde.
En otra habitación, un tipo obeso estaba sentado en la oscuridad, con un cigarrillo entre sus dientes amarillos. Entre bocanadas de humo, observaba a través de las cámaras a Lorena buscando desesperadamente un escondite. Se reía como loco al ver su miedo.
El sonido del pomo se fue, y la puerta se abrió desde afuera.
Al ver a las personas que entraron, Lorena suspiró aliviada. Había pensado que sería quien la había secuestrado, pero resultaron ser dos empleadas las que entraron a la habitación.
Sin decir una palabra, cada una la tomó por un brazo y la llevaron al baño.
Una de ellas comenzó a llenar la bañera con a