Inconcebible.
Gia.
Me despedí con la mano hacia el que ahora sé que se llama Roman, cuando me escoltó hacia la mansión principal de Lev.
En el camino, sentí curiosidad sobre la vida laboral de Arthur. Ya sabía que era corrupto, pero si estaba en problemas con el caso Matvienko, ¿querría decir que lo atraparían por algo?
Mi estómago dio un vuelco de solo pensarlo.
Aunque estaba mal, esperaba que lograra salir de esa situación. Porque no soportaría perderlo tan pronto. O mejor dicho: nunca.
Fui al baño para darme una ducha profunda, recorriendo mi cuerpo. No podía evitar sonreír por nuestro primer encuentro tan íntimo. Este día había resultado maravilloso, a pesar de todas las tensiones.
Me alisté para ir a la farmacia a comprar la jodida pastilla. Un bebé no estaba en mis planes. Mucho menos si mi situación con Arthur ni siquiera estaba bien calificada.
Fui a la farmacia, subí a mi auto de nuevo y tomé la pastilla. Estaba pensando en que debía hablar con Arthur sobre la forma de protegerme sexualment