Pov. Dominic
—Esa mujer te tiene bobo —me dice Jorge, burlándose.
—No tienes idea —respondo, sonriendo por dentro—. No sabes cómo esa mujer puede encender cada fibra de mí.
—Ay, amigo... estás jodido.
Me río para mis adentros porque sé que tiene razón. Para cambiar el tema, le pregunto cómo han sido sus noches últimamente, sus encuentros. Me dice que conoció a una mujer despampanante, segura, elocuente, sin pelos en la lengua. Una que sabe exactamente lo que quiere… y, al igual que a mí, lo tiene jodido.
—Mucho descaro el tuyo burlándote de mí, mientras estás igual o peor —le digo, riendo.
Decidimos ir a almorzar. Allá nos encontramos con otro de los chicos.
Pasamos la tarde entre pláticas y bromas, pero yo no podía sacar de mi cabeza lo que ocurriría esta noche.
Hoy ella será mi sumisa.
Y no le permitiré el más mínimo error.
Así como ella me llevó al borde...
Así la llevaré yo a ella.
Y sí, sé lo que dirán:
“Ay, Dominic, qué vengativo.”
“Dominic, eso está mal.”
“Dominic, aprende