2 años después…
Maximiliano
Dos años. Dos putos años con este nudo en la garganta, con la sensación de que me arrancaron algo vital. Dos años buscando una sombra, la sombra de Clara, que se desdibujaba más con cada día que pasaba sin su voz, sin ella.
Fui a su apartamento en Caracas... lo visité tantas veces que la señora Carmen, la vecina de al lado, ya me conocía. Cada vez que me veía llegar, negaba con la cabeza antes de que pudiera siquiera preguntar.
-Ay, muchacho Ferrer —me decía con un tono cansado—, ya te dije, Clara no está aquí. No ha vuelto. Deja ya esa pena, hijo.
Pero yo necesitaba subir, mirar la puerta cerrada, imaginarla al otro lado, aunque fuera una tortura.
La busqué por contactos, por gente que pudiera conocerla en otros círculos. Moví mis influencias, pregunté discretamente, sin levantar sospechas. Un CEO no va por las calles mostrando una foto, lo sé. Pero la desesperación te hace querer hacer cosas que nunca imaginaste.
Recordaba una y otra vez su pregunta, aq