La Ansiedad De No Tener El Control
Alexander entró al vestíbulo de su oficina con una expresión tan peligrosa que las recepcionistas y quienes se cruzaban en su camino se alejaban. Llevaba tres días en búsqueda de Helena. Su casa, su oficina, tribunales... Todo los lugares que conocía de ella y nada... Era como si se hubiese esfumado y eso lo inquietaba aún más.
James lo siguió hasta su oficina y Alexander golpeó la mesa furioso. Se estaba desesperando. Su teléfono había sido encontrado en la habitación de Alexander, su identificación, su pasaporte. Se había esfumado del maldito planeta.
James cerró la puerta de la oficina con discreción, pero no intentó calmarlo. Sabía que cualquier palabra en ese momento solo avivaría su furia.
Alexander pasó una mano por su cabello, desesperado. Tres d&iacut