Un Choque De Voluntades
La puerta de la oficina se abrió sin previo aviso con un portazo. Helena levantó la vista de su escritorio, frunciendo ligeramente el ceño ante la interrupción.
Irina Petrova entró con el aplomo de alguien que está acostumbrada a ser el centro de atención. Su porte era impecable, con un vestido ceñido de diseñador que realzaba su figura esbelta y tacones que resonaban con cada paso. Su mirada, de un azul gélido, se deslizó por la habitación antes de posarse en Helena con una expresión de superioridad contenida.
- Helena Thorne. - pronunció su apellido con una sonrisa que no llegó a sus ojos - O debería decir… ¿Señora Blackwood?
La mujer cerró la carpeta que tenía en las manos y la dejó sobre el escritorio con calma, sin apartar la mirada de la mujer.
- Depe