Elise
Años antes
Los niños que me rodeaban me miraban con miedo y asombro, a pesar de que ya llevaba más de media hora jugando a las cartas con ellos. Había tenido que golpear las manos de algunos para que no me tocaran las tetas, pero prefería eso a estar con los adultos, que estaban extasiados y aterrorizados por la presencia del prometido de mi hermana.
Sonia no podía estar más feliz; era el centro de atención de la fiesta, o al menos eso imaginaba yo. No había podido volver a casa en todo este tiempo por miedo a cruzar la mirada con ese tipo.
Aunque me esforzaba, no podía borrar su rostro de mi mente, ni la sensación de pánico que me invadía. Me preguntaba cómo mi hermana podía pasar tanto tiempo con él sin tener pesadillas ni que afectara su vida diaria. Por lo poco que había escuchado, Andrei Sangster era amable con todos y siempre concedía ayuda cuando se la pedían. Sin embargo, también se decía que podía infundir terror con tan solo una mirada.
Por primera vez en mi vida, e