Alessio
Horas antes
Podía escuchar la dulce voz de mi Elise desde la terraza en la que me encontraba. Esta vez se estaba superando a sí misma, a pesar de lo nerviosa que estaba antes de salir a cantar.
Yo también me sentía así, para ser sincero. Antes de separarnos, no quería soltarla. Me invadió un temor espantoso de perderla. Todos los días temía que eso pasara, que se arrepintiera de estar conmigo. Pero esta noche, un miedo más profundo se instaló en mi pecho.
Tal vez rechazara casarse conmigo.
No sería un matrimonio de verdad, sería una completa locura, pero quería afianzar nuestro compromiso. Quería que supiera que no me importaba su pasado, solo el hermoso futuro que los dos soñábamos.
Mientras caminaba de un lado a otro, susurraba las palabras que había preparado durante semanas. La voz me temblaba y no conseguía que me salieran bien.
—Se va a decepcionar, maldita sea —mascullé, sirviéndome un poco de vino.
Mientras lo tomaba, vi que alguien entraba a la terraza que estaba a un