Damián

—El mensaje fue enviado, alfa. Nuestra Luna hará lo correcto. Buscará cómo podremos combatir esa nueva mezcla terrible y saldremos de esto —indicó Alan. Habíamos pasado unos días terribles. Mi mate estaba lejos y, de alguna manera, yo la sentía: su preocupación, angustia y luego determinación.

—¿Averiguaste algo más? —preguntaba Nora. Alan era un guerrero desconocido aquí y había logrado infiltrarse gracias a una lista de aliados que había dejado Leticia, gente decente en Sombras de la Noche que quería que la manada fuera como antes, en los tiempos de mi tío Rogelio.

—El reto, como temíamos, es posible que sea la decisión final de la manada —explicaba él.

—¿A qué te refieres?

—Aún se está definiendo. Quizás sea un reto simple que implique que la manada apoye a uno u otro.

—¿Cómo una votación? —preguntaba Nora.

—Diría que seguramente es algo más determinante, algo que quizás Ricardo pueda sacar provecho —indicaba él.

—Será algo más frontal, más salvaje —respondía Ronan en mi cab