Julieta
—¿Un ataque? No puede ser…
—La esposa del alfa Horacio está muy malherida, hay muertos, muchos heridos. Sombras de la Noche es un caos —explicaba Octavio.
Eva y Octavio habían estado revisando los alrededores y encontraron varios puestos de cazadores, armamento pesado y cavernas con municiones y equipamiento. Estaban más que preparados para atacar Sombras de la Noche y seguramente a la ciudad.
Sabía que Eva y Octavio habían tenido que hacer algo difícil, y que yo no lo aprobaba. Los humanos debían ser protegidos, pero reconocía que estos parecían ser todo menos víctimas. Estaban preparados para acabar con nosotros, aunque la idea de hacerles daño no dejaba de dolerme.
—Temo que hemos pateado el avispero, deben estar rabiosos, como locos. No descartamos un ataque pronto, aquí en la ciudad o en los alrededores —indicaba el beta.
—Debemos proteger los pueblos humanos cercanos —proponía Leticia. Nos habíamos reunido para decidir los próximos pasos. No estaba Nora ni Damián, pero e