Damian
Desde que nací había luchado. Era el hijo de un alfa, pero con los años, cuando mi padre nos abandonó, supe que no tendríamos nada. Y cuando mi madre murió en ese ataque… cuando yo no pude salvarla, mi mundo se vino abajo.
Estuve preparándome, buscando opciones, cuidando a mi hermana. Éramos ella y yo contra el mundo. Un mundo pequeño y lleno de sufrimientos. Mi padre no nos visitó, no nos ayudó, no nos tendió la mano. Se olvidó de nosotros. Pasamos a ser bastardos, medio humanos, medio lobos. Nora entrenaba desde pequeña, sabía que no lo tendría fácil, pero estaba conmigo. Estábamos juntos y, por un tiempo, viví solo por ella.
Duele el maltrato, las vejaciones, los golpes. Pero la indiferencia también duele, duele muchísimo. Cuando no importa lo que hagas, nunca serás reconocido, escuchado, visto. No existes, pero tu corazón late, lloras, sufres. Vives, pero a nadie le importa.
Cuando mi lobo apareció, lo hizo peleando. Me convertí muy joven, y muchos lobos dijeron que era men