Damián
Junto con Pascal, Fabrizio, Octavio y los demás buscábamos reorganizarnos. La noticia de que Ricardo, o lo que había quedado de él, había desaparecido me desesperaba.
—Alfa, tenemos una idea —indicó Darío, colocando un plano sobre una de las mesas fuera de la casa de la manada, nuestro lugar de reunión.
Parte de la manada había sido evacuada. Paola coordinaba la preparación de refugios, y finalmente muchos miembros se protegían en el castillo de Su Majestad, en Medianoche o Colmillos Blancos. Aquí y en los alrededores de la ciudad no era seguro. Lamentablemente, ahí era donde teníamos que dirigirnos. Las horas pasaban y yo tenía que proteger a mi hermana, a mi gente y, por todos los cielos, llevar a Julieta allí para garantizar su seguridad.
—¿Qué es?
—Un mapeo de los túneles —indicaba mi mate, muy seria. Tenía esa expresión concentrada que yo amaba, y no podía evitar sonreír al verla trabajar tan coordinadamente con su padre. Una pequeña familia reunida. Una pequeña familia de