Damián
Mi padre decía que los mates llegaban para ponernos el mundo patas arriba. Que solían ser nuestra mejor mitad y que era difícil resistirse a ella. Yo siempre pensé que eran excusas suyas, estúpidas razones para justificar el hecho de que había abandonado a mi madre, una mujer humana, junto a sus dos hijos, para irse tras su mate destinada, con quien tuvo un hijo: mi medio hermano.
Nos había dejado como si fuéramos desechables y se había ido a formar otra familia. Una de verdad. Dejándonos olvidados, como si fuéramos de segunda categoría.
Por ese pasado tormentoso, me pasé buena parte de mi vida intentando demostrar que podía decidir mi destino. Mi padre había hecho todo lo posible para que yo no heredara la manada de su familia, Sombras de la Noche, y no me había quedado otra opción que hacer mi propio camino. Me sentí orgulloso cuando el rey me dio una oportunidad: me dijo que había ciudades no reclamadas y que necesitábamos presencia allí, que los lobos ganáramos espacios.
Ele