BRANDON
Me quedé mirando a Leonardo Abreu con el deseo reprimido de arrancarle esa sonrisa elegante de un puñetazo.
— Así que eres tú quien representa a Bishop Moon —. Murmuré, apenas modulando la voz. Lo que uno tenía que hacer por negociar con Bishop Moon.
— Efectivamente —. Respondió con la misma tranquilidad de un carnicero antes de cortar carne—. Me pidió que viniera a discutir algunos términos generales en caso de que decidiera trabajar con Starlight Films.
Sus palabras fueron medidas, suaves, pero su mirada era todo menos neutral. Había fuego detrás de esos ojos, un desafío disfrazado de cortesía.
Sabía que estábamos hablando de Bishop Moon, pero mi pu**ta cabeza solo viajaba hacia un tema de mi interés ¿Cuánto sabía de Emilia? ¿Qué tanto compartía con ella? ¿Eran follamigos? M****a, esto último me dio náuseas.
— Qué conveniente —dije, cruzándome de brazos—. Dicen que Bishop Moon es exigente, reservado. Me sorprende que te haya elegido como su representante.
Leonardo sonrió de m