BRANDON
El rugido de las notificaciones me golpeó apenas entré a la oficina. Mi asistente corría de un lado a otro con la cara descompuesta, como si la empresa entera estuviera ardiendo en llamas. Y, en cierto modo, lo estaba.
Sobre la pantalla principal, las palabras se clavaron como cuchillos en mis ojos. Me esperaba lo del escándolo de Emilia, con lo cual no estaba de acuerdo, pero esto era algo que sin duda me pegó con sorpresa.
“Darkhole emite comunicado urgente: plagio masivo descubierto. Responsabilizan a Starlight Films.”
El mundo se detuvo. Sentí cómo la sangre me abandonaba las venas. La nota iba acompañada de titulares que parecían cuchillas afiladas:
“Guerra corporativa: Darkhole acusa a Starlight films de robo de propiedad intelectual.”
“Escándalo doble: CEO envuelto en traición personal y fraude multimillonario.”
Un golpe seco me devolvió al presente: la puerta se abrió de par en par y dos guardias de seguridad irrumpieron con el rostro más frío que el mármol. Uniformes