James se deshizo de la hembra y se enfrentó al otro macho.
Vlad estaba parado en la puerta, la había abierto sin que James se diera cuenta.
Estaba vestido con ropas oscuras, y con su espada al lado.
Vlad también encararía su primera luna pronto, se acordó James.
Tendría que resolver aquello en aquel momento, la noche se acercaba y con ella la luna llena.
- Samanta, déjanos. - dijo James.
La hembra miró entre los dos machos y lentamente salió del cuarto.
James miró al macho frente a él, Vlad exhibía una sonrisa cínica en su rostro.
Vlad cerró la puerta después de la salida de la hembra y caminó a pasos agigantados por la habitación, mirando los libros de Alicia y cada metro cuadrado de aquella habitación.
James se sintió indignado por la forma en que caminaba, como si perteneciera a ese lugar, como si tuviera intimidad para estar allí.
— Nunca imaginé que ella abandonaría este lugar - comenzó Vlad y se volvió para enfrentar a James, su mirada cínica ardiendo. - Abandonarte.