Valeria, con la voz temblorosa, respondió al hombre, quien parecía no estar dispuesto a negociar:\N—Ahora mismo llamo a un amigo para pedirle prestado...
Los hombres, que tenían el destino de Valeria en sus manos, estaban seguros de que no se atrevería a engañarlos, así que le permitieron usar su celular para hacer una llamada con altavoz.
Valeria llamó a Adrián, pero la línea estaba constantemente ocupada.
Entonces, intentó con Javier.
Afortunadamente, pudo comunicarse con Javier. Valeria habló rápidamente:
—Javier, necesito urgentemente dieciocho millones de dólares, ¿puedes prestármelos?
Después de unos segundos, el hombre al otro lado de la línea expresó su dificultad:\N—Tengo una pequeña empresa, y este mes varios pagos no se han concretado. ¿Cómo voy a tener dieciocho millones de dólares para prestarte?
—¡Por favor, piensa en algo, te lo suplico!
Un hombre a su izquierda le advirtió en voz baja a Valeria, diciéndole que su amigo tenía tres minutos para transferir el dinero a una