Capítulo 12.5: La indignación del consejo.
Ante la pregunta de la antigua reina, Idylla se apartó de Nora, tomó el pañuelo que ella le extendía y finalmente dirigió su mirada hacia Claire.
―Lo que dicen Dasha y Arioch es correcto su excelencia ―gimoteó ―Mi compañero se marchó a Mushia la madrugada del diez de agosto de aquel año para auxiliar a la manada Ventisca Plateada, por lo que nosotros tres tuvimos que hacernos cargo de Arcadia y del trabajo del rey ―relató Idylla intentando mantener la cabeza en alto ―Por lo que, entre el trabajo y los diferentes planes de apoyo para las manadas de Mushia que estaban sufriendo situaciones similares a Ventisca Plateada, los tres nos vimos consumidos por el trabajo ―
―Dime, Idylla, ¿acaso no pasabas tiempo con tu cachorro? ―le preguntó Atenea, quien apartó su mirada de sus anotaciones para fijarse en la reina ― ¿Cómo es posible que no te dieras cuenta de sus heridas? ―
―Yo… ―
―Pasábamos tiempo juntos ―se apresuró a intervenir Alastor al ver que las lágrimas volvían a brotar de los ojos d