Capítulo 12.6: La ira del lobo.
―Fue cosa mía ―se apresuró a decir Arioch
―Pero tuvo mi consentimiento ―masculló Máximus
―Máximus, ¿puedes explicarte por favor? ―pidió Claire
―Yo permití la entrada de los hechiceros debido a que mi hermano tenía problemas para controlar a su lobo ―explicó el rey ―Y es que, tras conocerse, Samael juró que ayudaría a mi hermano a conseguir una armonía entre él y su lobo, por ende, permití el acceso del hechicero en el palacio, e incluso, acepté las visitas de su hermana ―
― ¿Por qué permitirías visitas de la hechicera? ―preguntó Iktan
―Por petición de Arioch y Samael ―respondió Máximus cerrando los ojos ―Y es que, tras algunos años con el hechicero viviendo en Khaliz, Samael dijo necesitar ayuda de su hermana, y dado que yo veía mejoría en mi hermano, no tuve ningún problema con que ella visitara Interlunio de vez en cuando… ―
―Oh, tranquilo Maxi, todos cometemos errores ―dijo Samael con voz burlona
―Silencio ―le gruñó Bastián
―Alastor, ¿llegaste a conocer a esa mujer? ―le preguntó Ik