39. EL ABOGADO MARTÍNEZ.
Verónica se bajó del auto justo cuando estacionó frente al consultorio del abogado. Llevaba prisa, sus tacones resonaron por el pavimento de aquel estacionamiento.
Según los mensajes, Helena ya se encontraba esperándola. Habían decidido dar el siguiente paso lo antes posible, antes de que cualquier persona notara el embarazo y fuera imposible anular el contrato de divorcio.
— ¿Estás bien? —preguntó Verónica al encontrar a Helena.
Helena se notaba con la mirada llena de tristeza, no era nada parecida a cuando la había conocido.
— Solo... nervios y... miedo, supongo —habló Helena con la voz aguda, llena de incertidumbre.
— El abogado nos espera —Verónica puso su mano en la espalda de ella, para dar fuerza— Estás haciendo lo correcto, Helena. Alessio no es un hombre que te merezca.
Helena suspiró, trataba de creer lo que su única amiga le decía. Pero su mente jugaba en contra desde que Verónica le había dado una salida.
— Me da miedo ser madre —A Helena se le quebró