Voluntad robada.
Con Scarlet desmayada entre sus brazos y bajo la mirada incrédula de Leo —que juraba que Derek iba a soltarla para lanzarse sobre él como un toro desbocado—, Derek cerró los ojos un instante, usando su conexión mental con Lioran. Aunque estaba debilitada, fue suficiente para hacerle llegar un rugido cargado de rabia.
#Ven ahora mismo#. Agitado, Lioran se apareció de inmediato junto a ellos, con el ceño fruncido.
#Supremo, tu visión está…# dijo Lioran, notando que su alfa no podía ver nada.
#Olvídalo, esto es algo que sabíamos que tenía que pasar. Ahora quiero que eches a este humano de mi empresa. Ya no tengo por qué soportarlo más. Y si vuelve a ponerse frente a mí, juro por la diosa que no voy a contener a Yeho; dejaré que lo despedace vivo#.
Lioran miró a Leo como si ya estuviera leyendo su epitafio.
—Estás despedido —soltó con la frialdad de un verdugo—, por atribuirte trabajos ajenos y por tu nula eficiencia.
Leo parpadeó incrédulo, meneando la cabeza.
—¡No pueden hacerme esto! —