Tu calor me consume.
Y lo hizo. Con una fuerza descomunal, su cuerpo estalló en mil pedazos. Gritó, tembló y sollozó mientras las ráfagas de placer la arrastraban como una marea incontrolable.
Cuando abrió los ojos, aún sacudida por el clímax, se encontró siendo levantada.
Derek la acomodó sobre sus muslos con una sonrisa ladina que gritaba pecado.
Ella apenas podía hablar.
Todavía jadeaba.
Y entonces, él se apartó.
Se levantó de la cama y, frente a sus ojos, empezó a desvestirse. Primero la camisa, luego el pantalón... y finalmente, bajó su bóxer como quien abre la caja de Pandora.
Sacando su arma de destrucción masiva. Grande. Dura. Y apuntando directamente a ella.
Scarlet lo miró y se quedó muda. Literalmente muda. Solo tragó saliva.
«¿Eso... eso va a entrar en mí? ¿Todo eso?», pensó mientras su cuerpo temblaba y los nervios la asaltaban como un ejército enloquecido.
—¿Estás bien, lunita? —preguntó él con una ceja alzada, sabiendo perfectamente el efecto que estaba causando.
«Me va a malograr. No soy t