Estoy ya en mi escritorio el lunes por la mañana, fue un domingo amargo... Paulina, la asistente personal de Mauricio me mandó un correo electrónico, avisándome que el por la mañana “el joven De La Parra” enviaría a unos trabajadores a mi domicilio para recoger sus pertenencias, y preguntaba si era necesario que llevaran equipo de empaquetamiento o yo me encargaba. Solo le contesté que todo sería guardado en cajas y se lo dejaría a mi vecina de la casa contigua porque “estaré todo el día ocupada”.
Por ello, pasé toda mi tarde guardando las cosas de mi ex marido, si se puede decir así, en cajas que salí a comprar a raudo. Zapatos, trajes, corbatas, playeras, jeans, sacos, su bocina y tres laptops, algunos libros y cuadernos. Logré armar cuatro cajas, pensé que con el tiempo que pasamos juntos, tendrían que haber sido más. Al final, en una caja más pequeña de plástico guardé sus papeles personales, mientras que el anillo de compromiso y bodas lo dejé en una bolsa blanca pequeña de piel.