Regresamos a la oficina de Mauricio en el Hotel De La Parra en Puerto Vallarta, está en su escritorio. Frente esta su computadora encendida, está revisando los estados financieros del mes así como otros pendientes ajenos a la compañía de su tío. Como los papeles de propiedad de su casa en Estados Unidos.
Hay un paquete envuelto con una bolsa amarilla abierta sobre el escritorio, es su pasaporte y su visa estadunidense que acaban de llegar por paquetería. Se ve absorto ante lo pendiente, hasta que escucha el vibrador de su celular.
Ve la pantalla y sin cambiar su expresión seria contesta.
-Hola tío, buenas tardes.
-Hola chamaco, ¿cómo estás?
-Bien, aquí revisando números de los hoteles. Al parecer va todo bien, ya saldamos la deuda que nos inventamos con los bancos e inversionistas. Y vamos con cifras positivas, ya aquí en Puerto empezaremos a obtener ganancias netas.
-Qué bueno... qué bueno...
-Todo lo demás está normal. Ya removieron el retén militar, tuvimos que usar influencias