Pasado
Lionetta cambió de posición, dejando caer su cabello hacia un lado mientras otra serie de flashes la iluminaban. Su mirada se desvió por un instante en otra dirección y entonces vio a Angelo en un rincón del salón, aunque le tomó un momento reconocerlo con todas las luces cegándola.
Se sorprendió al verlo allí y una sonrisa se dibujó en sus labios; sin embargo, recuperó su expresión profesional casi de inmediato y devolvió la mirada a la cámara, como si nada hubiera pasado.
Al saber que Angelo estaba allí, siguiendo cada uno de sus movimientos, se sintió un poco cohibida, pero hizo lo mejor que pudo para continuar durante los siguientes quince minutos, hasta el próximo cambio de vestuario.
—Me tomaré un segundo —informó cuando Bud bajó su cámara.
Hacía tiempo que había aprendido que, si quería algo, debía indicarlo con firmeza; si solo lo pedía, era probable que no la tomaran en cuenta.
—¡Nos tomaremos unos segundos! —gritó Bud—. ¡Chica, estás haciendo un gran trabajo! —La