A los dieciocho años, el rey Aurelio convocó a los herederos de las cuatro grandes tribus: vampiros, licántropos, dragones y sirenas. Puso sus retratos frente a mí, pidiéndome que eligiera a uno de ellos como mi futuro esposo. No dudé ni un segundo y elegí a Gabriel, el licántropo de sangre más común, y originario de una región periférica. La sala no tardó en llenarse de murmullos. Después de todo, todos sabían que siempre había amado al Alfa Theo, el de sangre más poderosa de los Lázaro. Había pasado siete años persiguiéndolo, aunque él siempre fuera indiferente hacia mí. Pero, aun así, seguí, a pesar de sus desprecios, una y otra vez declarando mi amor por él en la corte real. Incluso, llegué a cortarme la muñeca para sellar el pacto con tal de casarme con él. En mi vida pasada, logré mi deseo y celebramos la ceremonia de la pareja. Así fue como él heredó el trono del rey Aurelio y se convirtió en el líder de las cuatro grandes tribus. Sin embargo, no esperaba que, después de casarnos, él marcara a la hija adoptiva de mis padres. Mis padres, furiosos, la enviaron al campo. Desde ese momento, Theo me odió con todo su ser. Las amantes que lo acompañaban aparecían constantemente, y, todas ellas se parecían a mi hermana. Incluso las dejaba humillarme frente a él, convirtiéndome, poco a poco, en una burla, hasta que, al final, ya no quedaba nada de la reina que alguna vez fui. Me sometieron a tal tortura que caí en una depresión profunda. Solo los inhibidores mantenían estable mi forma de loba. Hasta aquel día en que cambiaron mis medicamentos por un veneno mortal, en un movimiento orquestado por él. Morí en el palacio, llevando en mi vientre a su hijo . Pero ahora, que había vuelto a la vida, no sería igual de necia. Cuando el rey Aurelio me pidió que eligiera a mi futuro cónyuge, otra vez, tomé la decisión de inmediato: elegí a Gabriel, el licántropo que siempre había sido ignorado por los demás. Pensé que, por fin, podría superar mi pasado.
Ler maisLa noche llegó.Después de que los invitados se fueron, me puse mi ropa de dormir y me acosté en la cama.Gabriel estaba a mi lado, incómodo, con la cara roja.Le di una suave palmadita al espacio vacío junto a mí.—¿Qué? ¿Te da pena? ¿No planeas dormir conmigo todas las noches?Él se cambió y se subió a la cama, acercándose a mí. Me apoyé en su hombro. Mis dedos recorrían su pecho.—Antes no teníamos mucha cercanía, ¿por qué eres tan bueno conmigo? —Le pregunté en voz baja.—¿Qué significa "ser bueno"? —Su voz sonaba áspera.—¿No temes que la gente hable mal de ti por casarte con una mujer rechazada por Theo?Gabriel susurró:—No le prestes atención esos rumores. Casarme contigo es una bendición. Él perdió su oportunidad. El que se tiene que arrepentir es él.Al escuchar esto, mi corazón se sintió acariciado. Una sensación dulce se extendió por mi pecho.—Tengo un secreto que contarte —dijo Gabriel sonriendo. —Hace mucho tiempo que te quiero.En mis ojos, apareció algo de incredulida
El día de la ceremonia de vinculación.Me levanté temprano y comencé a prepararme.Gabriel me abrazó, llevándome hacia el salón del banquete.No pude evitar echarle un vistazo rápido.Era diferente a Theo.Theo era el típico hijo mimado de familia rica, con una actitud un tanto arrogante, siempre con esa sonrisa burlona y una mirada desafiante.Pero Gabriel era un verdadero caballero, serio y reservado.Su nariz recta y sus labios cerrados daban una sensación de calma y seguridad.Algunas personas decían que hombres como él eran apáticos y desalmados, pero yo lo había visto arriesgar su vida por mí. Pensando en esto, una cálida sensación se apoderó de mi corazón.Todo esto parecía repetirse, pero era diferente a lo que había vivido antes.De repente, el auto se detuvo.Miré hacia arriba y vi a Theo de pie en medio del camino, con un traje y una flor de novio en el pecho.¡Se atrevió a venir a provocarme!En serio, estaba loco.Gabriel intentó bajar del auto, pero lo detuve.—Déjame a m
Una sensación de asco se apoderó de mí.—¿Qué te pasa? ¿No que Araceli es la única en tu corazón?Cuando me vio tratar de irme, se levantó rápido y extendió la mano para detenerme.Pero Araceli lo detuvo, agarrándolo del brazo.—Espera un momento. ¡Escúchame! En mi corazón, solo estás tú.—Eso no es lo que dijiste antes. Dijiste que, después del matrimonio, cada uno viviría su vida, sin interferir.—Eso lo dije de broma, ¿cómo iba a ser cierto?En su cara se veía una mezcla de desesperación y sinceridad.Si no fuera porque ya había vivido todo lo que pasé en mi vida pasada, le habría creído.Al escuchar sus palabras, Araceli empezó a llorar.—Theo, ¿cómo puedes decir eso? Dijiste que me querías, dijiste que era más bonita y más agradable que mi hermana, dijiste que me marcarías, yo...—¡Cállate! —No dudó ni un segundo y le dio un zarpazo.Fue igual que cuando me golpeó a mí.La cara de Araceli quedó adornada con cinco marcas rojas de sangre.—¡Todo es tu culpa! ¡Si no fuera por ti, Pri
En poco tiempo, los rumores comenzaron a esparcirse.—He oído que Theo desafió al rey por Priya.—Escuché que Priya eligió a Gabriel. Ahora Theo y su hermana parecen estar cada vez más cercanos.—Esto está siendo un espectáculo, increíble.Yo ignoraba todos esos comentarios. Después de todo, mi matrimonio con él ya estaba decidido. Será el próximo mes.Unos días antes, Gabriel se encontró conmigo. Me miró durante un buen rato antes de hablar.—Si te arrepientes, puedo ir con el rey y pedirle que anule nuestro compromiso.—¿Por qué me voy a arrepentir? —Respondí con calma.—Sé que antes te gustaba Theo —su voz estaba llena de dolor, aunque era difícil de notar.No pude evitar recordar ese momento en mi vida pasada, cuando él hizo locuras por mí. Estuvo dispuesto a darlo todo por mí.Se me aguaron los ojos.—Sí, antes me gustaba, pero ahora ya no.—¿Por qué? —Parecía no creerlo.—Antes era demasiado testaruda. Creía que, si luchaba por lo que quería, lo conseguiría. Ahora sé que el amor
La sala se empezó a llenar de murmullos.—Esto es sorprendente.—¿En serio eligió a Gabriel en lugar de a Theo?—¿Cómo pudo traicionarlo? ¿Cómo es posible?Theo se puso pálido de inmediato. Sus puños se apretaron, llenos de ira.Se giró hacia el Rey Aurelio, con los ojos llenos de confusión e incredulidad.—Rey Aurelio, ¿está seguro de lo que está diciendo?El rey lo miró con desprecio y se rio.El asistente continuó hablando. Luego, le recordó:—El rey ha sido claro, el compañero de Priya es Gabriel.Él gritó incrédulo.—¡Esto es imposible! Dile a todos que me elegiste a mí, ¿verdad? ¡Me elegiste a mí! —Dijo con ojos llenos de desesperación, como si no creyera lo que estaba escuchando.Yo respondí con tono indiferente:—Elegí a Gabriel.Él me sonrió dulcemente.Theo estaba furioso, viniendo hacia mí.—Tú me quieres a mí, todos los de las cuatro grandes tribus lo saben, ¿cómo puedes elegir a este licántropo de la periferia? ¡Esto debe ser un error!El asistente no dudó en apartarlo y l
Sentía como si me hubieran quemado. Mi loba estaba enojada.Por instinto, saqué mis garras para defenderme, pero, cuando noté a los invitados en el salón, traté de controlar mi ira y decidí alejarme.Araceli mostró una sonrisa de satisfacción, demostrando que había logrado lo que quería.Theo también se dio cuenta de que estaba demasiado alterado. Trató de levantarme, pero ella lo agarró del brazo.—Cariño, me duelen las piernas, ¿puedes revisarlas? —dijo con voz suave.Los invitados comenzaron a mirarnos, susurrando entre ellos.—Priya está dispuesta a hacer cualquier cosa por un hombre, ¡ni siquiera respeta a su propia hermana! ¡Qué mala es!—¿Qué demonios hiciste? —inquirió él, mirándome con desprecio—. El hecho de que te guste, en serio, es una maldición.Los hermanos de Theo se rieron. Ellos eran los malos.—Incluso golpeas a tu propia hermana. Theo tendrá muchas amantes, ¿y tú te volverás loca por eso?—Ja, ja, ja. Tal vez le toque derrotar a toda la manada, ¡y despedaz
Último capítulo