Adriano, jefe de la mafia más peligrosa de Caracas. Le encantan los retos y ver cómo sus clientes y las chicas caen a sus pies, hasta que llega a su vida una chica que pondrá su vida de cabezas. Una agente, podría ponerlo tras las rejas, pero pese al peligro que representa, no solo juega con ella sino que termina involucrándose con ella más allá de lo permitido. ¿Quién ganará en este juego peligroso? ¿podrá el amor superar el peligro que se avecina?
Leer másCapítulo 1
Adriano
Peligro, ese es su segundo nombre. Desde niño siempre se metía en situaciones peligrosas y de muchas salió vivo gracias a su hermano, haciendo que sus padres y tíos se llevarán diversos sustos, al punto de llegar a ser normal ese tipo de situaciones.
Su inquietud y tremendura llegó a tal punto que, fue el primero en descubrir de qué se trataba realmente el negocio familiar, obligando a la familia a tratar de explicar quienes son realmente, con el miedo de que eso lo perturbara. Lo recuerda como si fuera ayer.
Era un día lluvioso, su padre y su tío estaban reunidos en el despacho, se escuchaban golpes y gritos, su mamá se encontraba con su tía llorando desconsoladamente, mientras que Leonardo y él estában en el centro de la sala jugando con sus carritos.
Leonardo le regañaba a cada rato por que no prestaba atención al juego, su concentración estaba en esos hombres vestidos de negros, que permanecian a su alrededor. Su padre y tío salen de su despacho informándoles que van a salir. En un descuido por parte de su madre, salió corriendo a donde se encontraban los carros estacionados, pensando que se irían en ellos, pero para su sorpresa se fueron hacia el bosque.
Los siguió con cuidado y sigilo, escondiéndose entre varios arbustos que están junto a la ventana, lo que vio lo sorprendió, tres hombres atados con los ojos vendados. Su tío se acercó a uno de ellos diciéndole algo y luego le dio un fuerte golpe en el estómago que lo tiró al suelo, luego sacó un arma y le disparó, dejándolo muerto.
Paso al siguiente, uno de sus hombres le pasó un objeto que no logro distinguir que era, colocó la mano del hombre sobre una superficie plana y poco después un charco de sangre, el sujeto cayó desmayado. Cuando se colocó frente al tercer hombre, este empezó a negar con la cabeza mientras sudaba fuertemente. Fue el único que salió vivo.
Esa escena lejos de intimidarlo, le causó mucha curiosidad. Veía todo con sumo cuidado, tratando de grabar la mayor cantidad de información posible. Fue descubierto por uno de los hombres de su tío, que lo llevó a su despacho y allí esperó hasta que ambos hombres se desocuparon, su madre estaba angustiada por lo que había presenciado. Aunque se sentía diferente, tampoco era que quería salir a hacer lo mismo.
Tanto su tío como su padre, a pesar de su corta edad, le explicaron un poco de lo que consistía su trabajo y su reacción fue pedirles que le enseñaran, quería trabajar con ellos y ser un jefe cuando fuera grande. Ambos hombres frente a él se quedaron asombrados por lo bien que respondió a lo que había visto y a lo que ellos le explicaron también.
A la edad de quince años, los llevaron a Leonardo y a Adriano, para que fueran espectadores de una operación en curso, estaba sumamente emocionado, a diferencia de Leonardo que al ver el primer cadáver se fue en vómito. Así iniciaron en el trabajo familiar, hasta el día de hoy.
Escucha un fuerte relámpago que le hace volver en el tiempo. Saca su teléfono para hacer una llamada, pero esta caída la línea, es posible que la fuerte lluvia y relámpagos lo afectarán.
—Mauro.
Llama a su hombre de confianza, el cual llega enseguida. Enciende un cigarro y le da una calada.
—Sí, jefe —entra enseguida a la oficina.
—Preparen el carro, me quiero ir a casa, con esta fuerte lluvia no podremos hacer nada, avísale a los demás —apaga el cigarrillo y toma el último sorbo de su café.
—Como ordene, ya me pongo en ello —Mauro sale, dejándolo solo nuevamente.
Recoge sus cosas y a paso lento sale de su oficina. Observa a los chicos que hacen sus rondas por el castillo, cuidando de que ningún intruso llegue a él. Después de lo sucedido con su supuesto padre y hombres de confianza, siempre esta en alerta, dudando de todos.
Los traidores van y vienen, los periodos de paz son cortos. Esa es la vida de los jefes de la mafia, un constante mirar atrás para intentar saber quién será el próximo en apuñalarle la espalda.
—Señor, el carro está listo —le informa Mauro con unas leves gotas de lluvia sobre su traje gris plomo.
—Vámonos entonces, mamá debe estar nerviosa debido a esta fuerte lluvia.
Al acercarse a la entrada, se encuentra con varios hombres con paraguas abiertos, pasa entre ellos sin darle mucha importancia a si se moja o no, es solo agua al fin y al cabo. Entra al carro blindado ubicándose en el puesto de atrás, Mauro va de copiloto y su primo Fabricio es quien maneja.
Salir del lugar donde se encuentra el castillo es una odisea, la carretera parece un río y hay zonas donde se observa que hay deslaves, a duras penas logran llegar a la carretera principal, si hubieran permanecido en el castillo unos diez minutos más, se habría quedado atrapado allí hasta el otro día, si es que la lluvia cesa.
Tal como supuso, encuentra a su madre con los nervios alterados, la ama de llaves junto a ella dándole un tilo para ayudarla a calmar los nervios. Se abalanza a los brazos de su hijo llorando bajito.
—Pensé que algo te había sucedido, intente llamar muchas veces, pero no caían las llamadas —habla rápido debido a los nervios.
—Tranquila mamá, estoy bien. Las líneas se cayeron debido a la fuerte lluvia —limpia sus lágrimas con delicadeza y deja un beso en su frente— sentémonos para que te termines tu tilo, eso te hará bien.
Hace lo que le pide sin protestar, le da dos sorbos a su té y se pierde en sus pensamientos. El ama de llaves le trae una taza de café, huele bien, pero nada como el café que prepara su cuñada, es algo de otro mundo. Piensa Adriano mientra ingiere un poco de la bebida caliente.
—Hoy visite a Margaret —tiene una sonrisa nostálgica en su rostro— estaba por salir cuando llegue, me ignoró por completo pese a que le hablaba. Sé que tan solo han pasado unos pocos meses y que traicione su confianza de la peor manera, pero ni siquiera me ha dado la oportunidad de explicarme, de contarle cómo pasaron las cosas y el motivo por el que lo oculte.
—Debes darle tiempo, no fue fácil para ella enterarse de ello cuando su esposo tenía tan poco de muerto, dale espacio, cuando se sienta preparada para escucharte seguro que te buscará —pone su mano sobre la de ella en un intento de consolarla.
Escucha a su madre contarle una vez más cómo fue que ella y papá terminaron durmiendo juntos, fue algo que sucedió solo una vez, después se enteró que ese encuentro fortuito tuvo consecuencias, intento confesarlo todo, pero Raúl siempre le pidió que guardaran el secreto un poco más, hasta que llegó el día en que ya no tenía sentido revelar dicha información y decidieron irse a la tumba con ese gran secreto.
Para cuando termina de relatar la historia, la cena está servida, Adriano cambia el tema de conversación, hablando de otras cosas sin importancia, pero que la ayudaron a distraerse de aquello que le causa tanto dolor. Cuando han dejado los platos vacíos, acompaña a su mamá a su habitación.
Durante la noche, la lluvia no cesa ni un poco, para estas alturas las noticias empiezan a informar de grandes deslaves en varias zonas. Su móvil empieza a sonar, es una llamada.
—Dime Mauro —atiende la llamada, viendo la hora en su reloj Skmei.
—Jefe hubo un deslave en nuestro cementerio, es posible que varios cadáveres salieran de su lugar —le informa preocupado.
—Envía a alguien mañana temprano para que verifique e informame con prontitud, de todos modos no hay habitantes cerca, no hay de qué preocuparnos —le resta importancia al asunto, pensando que es tan solo una pequeñez.
—Como ordene, mañana le estaré comunicando —acata la orden de su jefe.
Cuelga la llamada y apaga todo, para aprovechar las pocas horas que quedan para amanecer y descansar un poco.
Adriano no permite que le arruinen el día. Por lo que, ignorando las miradas curiosas, saca a la pista de baile a Elisa.—Se siente un poco incómodo que nos miren de esa forma y murmuren entre ellos —le comenta al oído mientras bailan una balada— al menos deberían ser un poco más respetuosos.—Discúlpalos. Es la primera vez que traigo a una chica a un evento familiar —le cuenta una verdad a medias— para ser honestos, algunos creían que soy Gay.—¿Cómo podrían pensar algo así? —Ríe sin poder evitarlo— con gusto puedo hablar con ellos.—Al menos mamá sabe que no lo soy y es quien me importa.Justo cuando acaba la canción, Adriano la retiene entre sus brazos y la besa, la exclamación de los invitados debido a la escena no se hace esperar.—Para que no les quede dudas de mis preferencias —le guiña un ojo y la lleva hasta la mesa.Al otro lado del salón, Leonardo y Kendra se quedan anonadados debido a la escena que a montado Adriano.—Algo muy grave debe estar pasándole, el no suele ser ta
El gran día ha llegado.A media mañana sale Adriano junto a su madre listos para lo que será, la gran boda del año. Desde hace varios días los medios de comunicación no han parado de hablar sobre dicha celebración y lo que ambas empresas aportaran.Después de lo ocurrido, Adriano se ha enfocado en saciar la sed de información de los medios. Logrando dejar atrás todo el tema del cartel y el jefe misterioso.Le escribe a Elisa, informándole que van de camino. Trata de controlar ese extraño sentimiento que ha querido aparecer justo en ese momento, debido a la anticipación del momento.—¿Has olvidado algo en tu apartamento? —le pregunta Carla al ver que se han desviado del camino.—No mamá, simplemente vamos a buscar a una amiga, por favor, no la vayas a espantar, ya tiene novio, solo somos amigos —dice eso ultimo como si pasara un trago amargo.—Muchas veces el corazón no entiende de razones —fuerza una sonrisa, sabiendo por experiencia propia lo que aquello significa— si realmente te gu
Una vez que se asegura que Eliza ha regresado a su oficina y el extraño sube a su carro y se marcha. —Vámonos a casa Mauro, necesito ver a mamá y prepararme para esta noche. Mauro sigue la orden de su líder, esperando que, después de lo que acaba de ver, deje a la detective en paz. En cuanto estaciona frente a la casa, uno de los guardias de seguridad lo recibe y le da un informe sobre la situación, para luego dirigirse al jardín, donde se encuentra su madre regando las flores. —Buenas tardes mamá —se inclina un poco hacia ella dejando un beso en la frente—, ¿Cómo estuvo el día? —Apenas estoy saliendo, el calor esta terrible —abre nuevamente el abanico buscando refrescarse— están por servir la cena, ¿me vas a acompañar? —Por supuesto, iré a darme una ducha y cambiarme. Prometo estar listo a tiempo. Tal como le prometió a su madre, está en la mesa justo a tiempo para cenar. Conversan sobre la empresa y la próxima boda de Leonardo, sin dejar pasar la oportunidad de pedirle a su hi
Ya se acerca la hora de salir, cuando Adriano escucha la puerta de su oficina es abierta, ladea un poco la cabeza para saber quién ha entrado sin atreverse a tocar la puerta.Leonardo.Ambos hermanos se quedan viendo por unos cortos segundos. Leonardo intentando descubrir la verdad de las acciones de su hermano. Adriano, imponiendo su autoridad.—Te voy a hacer una pregunta y quiero que seas completamente sincero conmigo.—¿De cuándo acá tú andas con tantos rodeos? pregúntame y listo, ¿qué es lo que quieres saber?—¿Sientes algo por la detective? —da un paso al frente, colocando las manos en el respaldar de la silla de invitados.—Ella no significa nada para mí, tan solo es el medio para lograr un fin. A los enemigos se les tiene cerca, muy cerca. Papá siempre nos lo decía, ¿lo olvidaste?—¿Estás seguro que es solo eso y nada más? —vuelve a preguntar sin creerle del todo— por poco y te atrapa en esa emboscada en el castillo y ni sabías nada. Por lo que no entiendo qué es lo que estás
Por otra parte Elisa logra conseguir la reunión con el fiscal Michael Farías mirarse a su exnovio o lo que usted a mediodía que la única comentó en el que el fiscal tiene disponible se acerca a su oficina para hablar sobre el tema.José y Santiago deciden acompañarla, así después la tengan que esperar en el auto, ya que con todo lo que está sucediendo, no creen prudente que ella ande sola en caso de que los implicados la tengan en la mira.—Voy a entrar. No creo que algo malo me pase acá, así que relájense. De todos modos tendré mi teléfono cerca, cualquier cosa me avisan qué son ustedes lo que corren más peligro esperándome en el carro. —Hola, mamá, buenas tardes ¿Cómo has estado? —Adriano, hijo, ¡al fin vienes por tu madre! me has tenido abandonada —se acerca a su hijo abrazándolo aliviada— No cometas el mismo error de tu padre, no vivas para ese trabajo, eso no lo es todo. —Lo sé mamá, en este momento nos encontramos en una temporada un tanto complicada y no puedo simplemente quedarme de brazos cruzados —trata de explicar sin entrar en detalles— ¿cómo te has sentido? —Muy bien hijo y estaría mejor si me presentarás a una chica, así como ha hecho Leonardo, ya está formado una hermosa familia, lo único que le hace falta es casarse y formalizar ante Dios su unión. Adriano se queda pensando en el comentario de su madre. Si uno de los herederos se casa, crea la suficiente distracción que necesitan, sería una noticia que de seguro estaría en todos los periódicos, sería algo grande y muy populoso. “Me ofrecería para costear todos los gastos. Haría una propuesta difícil de rechazar para ambos.” A la mañana siguiente32. Propuesta
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